¿Todo o nada?

Hay una mentalidad bastante extendida y que tal vez te suene: es la del TODO O NADA.

Es cuando vemos las cosas buenas o malas, bonito o feo, lista o torpe, éxito o fracaso.

Es cierto que necesitamos ver la diferencia entre hacer las cosas bien o mal y comprobar si los objetivos los cumples o no, pero es también muy importante el poder ver y valorar lo puntos intermedios que SI hemos alcanzado en el intento de cumplir nuestro objetivo principal.

Es decir, en el camino hacia lograr una meta (perder peso, hablar un idioma, aprobar una oposición, escribir el libro, dar esa charla…) SIEMPRE van a haber pequeñas ganancias que pueden resultar muy valiosas.

Son opciones muy razonables y apropiadas para dar el siguiente paso y que nos acercan al objetivo aunque no nos lleven de forma directa a alcanzarlo.

En resumen: en un rendimiento menos que perfecto TAMBIÉN puedes encontrar valor y satisfacción porque en entre los extremos del principio y el fin hay una escala de colores, con áreas grises y matices valiosos a tener en cuenta.

NO, nunca todo es blanco o negro. Nunca es TODO o NADA.